jueves, 26 de octubre de 2017

Día 5 - En mi jardín

Venga... A bucear al jardín. Pero no en cualquier jardín, un precioso jardín submarino de coral blando junto a la pequeña isla de Pamilacan.
Una visibilidad alucinante. Y pequeños peces disfrutando del refugio que les ofrece el coral. Algunos de los corales de un tamaño considerable.
Un par de cobras marinas se han cruzado en nuestro camino. A una de ellas la hemos visto subir hasta la superficie a 25 metros por encima nuestro a coger aire y luego ha vuelto a bajar.
Durante la pausa entre inmersión e inmersión, hemos aprovechado para dar un paseo por la isla. Justo enfrente del barco en la playa hay una fortificación, posiblemente de la época colonial española, por lo que parece, un puesto de vigilancia con una tronera para un cañón.
Recorre la isla una carretera por el centro. Bajo las palmeras se ve a la gente descansando o haciendo sus tareas, multitud de animales domésticos, unos jóvenes adiestrando a sus gallos de pelea. Y en lo que debe ser la escuela, una especie de exhibición de baile.
Volvemos al barco y nos preparamos para la siguiente inmersión.
Esta vez lo que predominaba eran corales duros. Y una bonita luz en la parte alta de la plataforma, en parte gracias a la blanca arena del fondo que reflejaba la luz del sol.
Justo cuando han localizado un mini pez sapo, mi cámara ha agotado la batería... Espero que el resto de fotos hayan salido bien para compensar.
Tras la vuelta a puerto, a comer y a dar una vuelta con la moto buscando Virgin Island, pero sin suerte. Aunque hoy hemos podido disfrutar un poco más de la puesta de sol.
Una parada técnica para tomar algo en un chiringuito junto a la carretera, y aprovechamos para comprar algún recuerdo.


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